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Qué piensa la ciudadanía sobre la seguridad vial en Bogotá

By 21 marzo, 2018 No Comments

Podría empezar este post con la típica frase de “para nadie es un secreto …” y la completaría con “que las altas velocidades son uno de los principales causantes de muertes en Colombia”, pero sería una gran falacia. La débil percepción sobre la vulnerabilidad ante las altas velocidades y el comportamiento de los actores viales demuestran lo contario: muy poca gente es consciente aún del altísimo riesgo que representa la velocidad.

La presencia de vehículos motorizados circulando a altas velocidades en zonas urbanas es un problema que expertos han denominado como una “epidemia” que afecta a las ciudades en los tiempos actuales (Organización de las Naciones Unidas, 2015). Este problema se debe, entre otros factores, a un comportamiento frecuente de los conductores: ya sea por exceso de confianza o por falta de información y conocimiento sobre los riesgos de la velocidad al volante, el 30% de los conductores en Bogotá maneja a velocidades mayores al límite establecido, según datos de la Universidad de Johns Hopkins para el segundo semestre del 2017. Hecho grave si consideramos que América Latina es uno de los continentes más urbanizados, lo que quiere decir que un gran porcentaje de la población de nuestras ciudades podría ser víctima potencial de un siniestro vial.

En Despacio hemos centrado múltiples esfuerzos para mejorar la seguridad vial en Bogotá (más información sobre lo que hemos hecho acá ). Frente a esta hipótesis del gran desconocimiento respecto a la seguridad vial en el país quisimos saber cuál es la percepción de los bogotanos sobre esta situación, así como la gravedad del exceso de velocidad y qué creen que se debe hacer. Para eso, realizamos dos ejercicios de análisis interesantes: cuatro grupos focales con ciudadanos, donde se dialogó con personas con diferentes perfiles[1], y una encuesta realizada por Quirk Global Strategies[2] a mediados de 2017 sobre el mismo tema. Veamos qué ocurrió.

¿Dónde se encuentra el problema realmente?

A partir de estos dos ejercicios obtuvimos hallazgos interesantes: En el grupo focal los participantes identificaron los problemas de infraestructura como huecos, falta de iluminación, señalización pobre e ineficiente y otros problemas como motociclistas, conductores de bus y peatones imprudentes como las principales causas de inseguridad en las vías en lugar de la alta velocidad.

A pesar de conocer los límites de velocidad y estar de acuerdo con extender límites de 30 km/h a zonas comerciales, alrededor de hospitales, casas de retiro e Iglesias, los participantes manifestaron ver con frecuencia como se irrespetan los límites en zonas residenciales y expresaron conocer el riesgo de hacerlo: “Veo señales en barrios que muestran que solo se puede manejar a 30 km/h y todos los carros van a 60 u 80km/h” dijo un conductor adulto mayor.

También respaldaron la idea de fortalecer las medidas correctivas, lo que demuestra que el problema de la velocidad es multidimensional, y no se lo puede solucionar con medidas aisladas: involucra el trabajo de hacer cumplir las leyes de tránsito por parte de las autoridades, de comunicar las normas de forma clara, evitando dejarlas a la libre interpretación de cada conductor (componente institucional) y de un comportamiento vial adecuado (componente social), entre otros aspectos. Al respecto se expresó: “Falta cultura ciudadana, porque aquí no respetamos las reglas, no respetamos a nadie, hacemos lo que queremos, parqueamos donde queremos”.

El riesgo en las vías

El riesgo en las vías de Bogotá es inminente. La encuesta fue bastante ilustrativa en este punto: La mayoría (66%) de los encuestados afirmó que se sienten inseguros en las vías, como se puede observar en la Figura 1. ”. Solo 6% expresaron sentirse muy seguros, a comparación del 22% que afirmaron sentirse “no del todo seguro”.

Figura 1 Percepción de seguridad ejerciendo el rol de conductor de carro, pasajero de bus, motociclista, peatón o ciclista

Los motociclistas, residentes de las localidades centrales y mayores de 55 años tienden a expresar que se sienten más inseguros, y no es motivo de sorpresa sabiendo que la mitad de todas las muertes que acontecen en las carreteras del mundo se produce entre los usuarios menos protegidos de las vías de tránsito: motociclistas (23%), peatones (22%) y ciclistas (4%). (Organización Mundial de la Salud, 2015).

Como se observa en la Figura 2 , más de la mitad (53%) de los encuestados ven a los conductores que conducen bajo los efectos del alcohol como uno de los asuntos más serios de la seguridad vial. A esto le siguen los robos y ataques violentos (47%), la velocidad en los motociclistas (40%), la baja calidad de la señalización (38%), la velocidad en los conductores de bus (37%) y la falta de cultura en las vías (36%).


Figura 2 Problemas asociados con la seguridad vial en Bogotá

La velocidad cerca a colegios y en zonas residenciales (24%) y en avenidas principales (30%) son foco de menor preocupación, y por tanto temas en los que está pendiente generar educación y mayor consciencia, que resulten en un cambio de comportamiento y que transmitan la idea de que, aunque hoy somos conductores mañana nuestro rol puede cambiar, podemos ser peatones vulnerables.

Perspectivas sobre la legislación

Se preguntó a los ciudadanos qué piensan de la posible implementación de una nueva legislación que establezca límites de velocidad de 30 km/h en áreas muy transitadas por peatones, como las áreas comerciales, y cerca a hospitales e iglesias, y que el actual límite de 30 km/h cerca a colegios y zonas residenciales fuera reforzado con reductores de velocidad, cámaras y multas.
El análisis de los resultados por subgrupos demográficos demuestra que los más tendientes a estar completamente de acuerdo son adultos mayores, usuarios del transporte público, residentes de la zona suroriental. El apoyo más alto (más del 90%) proviene de los ciclistas y los hombres y mujeres menores de 35. Este posiblemente, es el resultado más importante de la encuesta, porque muestra que los bogotanos sí entienden que son actores vulnerables ante la velocidad.
Por otro lado, cuando preguntamos sobre cambiar los límites de velocidad de las vías principales a 50 km/h (para conocer la legislación sobre límites de velocidad en Bogotá sugerimos el video de La Pulla ), aunque el 65% lo apoyan, de ese porcentaje solo 28% están completamente de acuerdo, y más de un tercio (34%) están en desacuerdo. Eso quiere decir que la ciudadanía todavía no es totalmente consciente de que en Bogotá no existe una sola vía que no tenga la presencia de peatones, u otros actores vulnerables como ciclistas y motociclistas, y que la velocidad aumenta la gravedad de todos los siniestros (aquí pueden ver más sobre los impactos de la velocidad). La OMS, por ejemplo, recomienda límites máximos de 50km/h para contexto urbanos (Organización Mundial de la Salud, 2015).
Finalmente, una cuestión sobre la que hay que trabajar es la capacidad de las autoridades de hacer cumplir las normas y no dejarse sobornar. La mayoría de encuestados (76%) afirmó que la aplicación de las leyes en materia de velocidad no es lo suficientemente estricta. Según participantes de los grupos focales, la debilidad de la policía de tránsito para hacer cumplir las leyes y las estrategias corruptas en su actuar, impactan de gran manera la visibilidad e influencia de las figuras de autoridad en las vías. Los resultados también mostraron que la aplicación estricta de la ley es muy importante para los encuestados (Véase Figura 3) .

 

Figura 3 Importancia que tiene la aplicación estricta de las normas de tránsito

Posibles soluciones: sacando el “secretario de movilidad” que llevamos dentro

La mayoría de los participantes (el 76%) afirmaron que el control policial para hacer cumplir los límites de velocidad es muy débil. Muy pocos (6%) dijeron que el control es suficientemente estricto. Así mismo la mayoría de encuestados tuvo de acuerdo con que incrementar las multas es una solución eficaz para hacer que los conductores respeten las normas de tránsito (Véase Figura 4).

Figura 4 Percepción sobre la aplicación de las normas de tránsito en Bogotá

Hacer cumplir o modificar los límites de velocidad por si mismas no son vistas como las mejores medidas para reducir la congestión y los choques vehiculares. En cambio, los participantes expresaron que prefieren una aproximación comprehensiva que incluya tanto mejoras en la infraestructura, como más policía de tránsito, mejoras en la movilidad y expandir pico y placa.

Algunas ideas para cerrar

La complejidad del problema de la seguridad vial es enorme, y Bogotá se ha “dejado coger ventaja” en varias de las aristas del problema, haciendo de nuestra ciudad un auténtico escenario de tragedias viales que podrían ser perfectamente evitables. El ejercicio nos muestra que debemos trabajar en el fortalecimiento de la legislación y su aplicación, la educación vial, en el estado de las vías para que garanticen seguridad y en la conciencia sobre la vulnerabilidad ante la velocidad. Así se podrá generar el tan esperado cambio. No una, sino todas estas medidas son necesarias para hacer la diferencia.

Por Daniela Gómez

[1] Conformados por hombres y mujeres conductores y “no conductores”, entre los 18 y los 35 y de más de 35 años habitantes de Bogotá.

[2] Quirk Global Strategies realizó una encuesta con 525 adultos seleccionados al azar, residentes de Bogotá, entre julio 11 y agosto 5, 2017. Los datos fueron recolectados a través de entrevistas en español, cara a cara, usando dispositivos portátiles. El margen de error de la muestra para todos los entrevistados es +/- 4% con un nivel de confianza del 95%.

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