CiudadTransporte sostenibleVida

Violencias y movilidad de mujeres

By 8 marzo, 2018 No Comments

El 8 de marzo es el día de la mujer. Yo personalmente prefiero el 25 de noviembre, el día internacional de la no violencia contra la mujer. Aunque en temas de equidad de género hay todavía mucho que hacer en diferentes áreas como la paridad de ingreso, el acceso a la educación, empleo, posiciones de poder, etc. (ONU Mujeres, 2017), el 25 de noviembre nos recuerda un tema crucial para las mujeres en las ciudades: somos objeto de actos de violencia por el simple hecho de ser mujeres y eso nos hace tener una experiencia particular en el espacio público.

El objetivo aquí no es competir sino visibilizar. Los hombres también sufren diversos tipos de violencia en el espacio público (Bogotá Como Vamos, 2017), sobre los que todos debemos trabajar para lograr su disminución. Pero hoy quiero hablar de las violencias a las que somos sujetas en el espacio público y los impactos que esta percepción de inseguridad tiene en la movilidad de las mujeres. Explico.

Encuestas demuestran que las mujeres consideran como factor determinante en su decisión de qué modo de transporte usar la seguridad personal, mientras los hombres deciden según la puntualidad (ITDP India, 2017). Por sentirse seguras en sus recorridos las mujeres pueden cambiar sus rutas, restringir sus horarios de viaje o incluso no hacer viajes, lo que afecta directamente su oportunidad de vivir la ciudad y acceder a sus ofertas laborales, educacionales, sociales y culturales.

¿Y de qué percepción de inseguridad estamos hablando? Las mujeres en todo su recorrido en el espacio público, sea en su camino hacia el transporte, esperando en las estaciones y paraderos, en el vehículo, o en el camino hacia su destino final, se pueden encontrar con violencias sexuales de diferentes niveles que les afectan profundamente. En este video, mujeres de diferentes partes del mundo cuentan su experiencia en el transporte púbico.

Es importante aclarar que el acoso sexual puede tener diferentes formas. Acoso sexual no es sinónimo de violación sexual, este es un extremo, aunque no menos preocupante – solo en Bogotá en el 2016 se presentaron 4.167 casos (Bogotá Como Vamos, 2017). El acoso sexual puede darse en la forma visual – miradas incomodas y obscenas, verbal – piropos o sibilos, o física – manoseos y roces, y también puede ser un exhibicionismo o una persecución (Fia Foundation, 2016). Todas estas experiencias son altamente incomodas y afectan física y psicológicamente a las mujeres, generándoles traumas y angustias que pueden ser de por vida.

Estudios internacionales indican que el 80% de las mujeres ya sufrió algún tipo de acoso sexual en el transporte público (UITP, 2018). En Bogotá, estas cifras son del 64% (datos de la Secretaría Distrital de la Mujer para viajes en Transmilenio) (Noticias RCN, 2013). Estos números dejan en evidencia un problema aún más grave: el acoso sexual es una práctica tan diseminada que está normalizada. Y yo me pregunto: ¿en qué momento tocar, mirar o hablar de manera que violente a una mujer sin su consentimiento es algo normal?

Un paso importante para que se visibilice y se des-normalicen estas experiencias es mejorar el sistema de denuncias. Las situaciones que son registradas dentro de las cifras, en reportes de las instituciones responsables, son en verdad una ínfima parte de la realidad del acoso sexual. La mayoría de las mujeres no conoce las rutas de denuncia, o tiene dificultad en encontrar el culpable, ya que la sobrepoblación del transporte público le da anonimidad al acosador. Se suma a las anteriores dificultades la falta de confianza en que las instituciones le tomen en serio y le traten con respeto, la tradicional culpa que la sociedad le hecha a las mujeres por su manera de vestir (como si estuvieran buscando ser acosadas) y la impunidad que reciben la mayoría de estos casos.

Las restricciones que las mujeres imponen a su movilidad por la percepción de inseguridad tiene consecuencias importantes para el desarrollo de la ciudad. Las mujeres son las que más usan el transporte público (GIZ, 2007), pero si pudieran cambiarían a modos particulares más seguros y más contaminantes. También tienen la capacidad de influenciar a las próximas generaciones, por tener todavía la mayor parte de responsabilidad en la educación de sus hijos, pasando su percepción de inseguridad del transporte público y fatalmente reduciendo su uso (Fia Foundation, 2016). La ausencia de un sistema de transporte público seguro reduce las oportunidades económicas y puede reforzar la pobreza, la desigualdad y la exclusión social (Fia Foundation, 2016)

Llegamos entonces a las soluciones. ¿Qué hay que hacer? Primeramente, visibilizar el problema, mejorar el sistema de denuncias, hacer campañas de concientización y entrenamientos para conductores, policias y el personal encargado de manejar estas situaciones. Por otro lado, incluir a más mujeres en empleos del sector de transporte y acabar con la falacia de que hay trabajos para mujeres y para hombres. Mejorar la infraestructura del espacio y del transporte público incluyendo la visión de las mujeres en su planeación, diseño e implementación. Generar datos desagregados e incluir el análisis de género en la definición de las políticas de transporte, entre otras, pero hablar de la perspectiva de género en la planificación del transporte sería demasiado largo y eso lo dejamos para otra publicación.

El 8 de marzo es el día de la mujer y eso me hace pensar en todas las violencias que vivimos y que son normalizadas, no cuestionadas y perpetuadas como si esta fuese la manera que el mundo siempre ha sido y siempre será. Ojalá llegará el día en que ya no nos callemos, nos cuestionemos más y este mensaje pueda llegar a las instancias que definen los rumbos de las ciudades.

Y si es mujer en Bogotá, por favor no olviden responder la encuesta que está haciendo Lina Quiñones para su Maestría. Está aquí: https://www.surveymonkey.co.uk/r/acosotransporte

Marina Moscoso

Directora de Proyectos

 

Referencias

Bogotá Como Vamos. (2017). Como Vamos en Ciudad y Mujer. Boletín Especial sobre las mujeres en Bogotá.

Fia Foundation. (2016). Safe and Sound. International Research on Women’s Personal Safety on Public Transport. Retrieved from https://www.fiafoundation.org/connect/publications/safe-and-sound

GIZ. (2007). Gender and urban transport: smart and affordable- Module 7a Sustainable Transport: A Sourcebook for Policy-makers in Developing Cities.

ITDP India. (2017). Women and urban transport – Draft Policy.

Noticias RCN. (2013). Preocupantes cifras de acoso a mujeres en Transmilenio. Retrieved March 6, 2018, from http://www.noticiasrcn.com/nacional-bogota/preocupantes-cifras-acoso-mujeres-transmilenio

ONU Mujeres. (2017). En la mira: Las mujeres y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): ODS 5: Igualdad de género. Retrieved March 6, 2018, from http://www.unwomen.org/es/news/in-focus/women-and-the-sdgs/sdg-5-gender-equality

UITP. (2018). Advancing the safety of women in public transport: UITP launches #PT4ME campaign. Retrieved March 6, 2018, from http://www.uitp.org/advancing-safety-women-public-transport-UITP-launches-PT4ME-campaign

Leave a Reply